Hace ya más de un año, un grupo de amigos comenzamos una experiencia de lo más maravillosa en nuestras vidas.
Pero nuestra travesía no comenzó el 26 de abril del 2006, este grupo de personas seis años atrás, en uno de los momentos políticos mas difíciles de la historia democrática de nuestra pequeña nación, decidió comenzar un proyecto político con miras a presentar una alternativa de cambio, una alternativa de conciliación y no de confrontación, origen de muchas practicas detestables de la política contemporánea, sobretodo en América Latina. Es ahí cuando comenzó a forjarse el movimiento Clave democrática.
Después de seis largos años de discusión, pulíamos el primer borrador de las propuestas de cambio necesarias en la constitución y leyes del Ecuador. En esos momentos nos preguntábamos como lograríamos conjugar nuestras propuestas con el diario vivir de los ecuatorianos, pero no de aquellos que siendo un grupo numeroso, viven en las ciudades con algún tipo de comodidad o con una visión un poco mas progresista, sino mas bien, del campesino, del indio, del montubio, de ese grupo de conciudadanos que en el interior de nuestras regiones, lucha por su país todos los días, al salir muy temprano a trabajar la tierra, a buscar el pan de cada día para sus hijos.
Decidimos entonces que la mejor forma de conocer los necesidades de nuestros compatriotas y de unificar nuestras propuestas con su realidad era conociendo y entendiendo un poco mas su visión del mundo. Ahí comenzó a forjarse el sueño de buscar en un viaje la verdadera perspectiva de nuestros conciudadanos. Pero no tenia que ser cualquier viaje, no podía ser, un recorrer de nuestra pequeña patria en vehículos, teníamos que sentir las necesidades de cada comunidad, tenias que conversar con ellos, ver sus formas de vida y sobretodo tener el tiempo necesario para asimilar lo vivido. Después de una gran deliberación, encontramos la manera de conocer y confluir estas propuestas con los puntos estratégicos. Caminaríamos desde Quito la capital, hasta Guayaquil el puerto principal. Recorriendo 7 provincias interiores, 11 ciudades, 10 poblaciones y mas de 570 km.
Después de seis largos años de discusión, pulíamos el primer borrador de las propuestas de cambio necesarias en la constitución y leyes del Ecuador. En esos momentos nos preguntábamos como lograríamos conjugar nuestras propuestas con el diario vivir de los ecuatorianos, pero no de aquellos que siendo un grupo numeroso, viven en las ciudades con algún tipo de comodidad o con una visión un poco mas progresista, sino mas bien, del campesino, del indio, del montubio, de ese grupo de conciudadanos que en el interior de nuestras regiones, lucha por su país todos los días, al salir muy temprano a trabajar la tierra, a buscar el pan de cada día para sus hijos.
Decidimos entonces que la mejor forma de conocer los necesidades de nuestros compatriotas y de unificar nuestras propuestas con su realidad era conociendo y entendiendo un poco mas su visión del mundo. Ahí comenzó a forjarse el sueño de buscar en un viaje la verdadera perspectiva de nuestros conciudadanos. Pero no tenia que ser cualquier viaje, no podía ser, un recorrer de nuestra pequeña patria en vehículos, teníamos que sentir las necesidades de cada comunidad, tenias que conversar con ellos, ver sus formas de vida y sobretodo tener el tiempo necesario para asimilar lo vivido. Después de una gran deliberación, encontramos la manera de conocer y confluir estas propuestas con los puntos estratégicos. Caminaríamos desde Quito la capital, hasta Guayaquil el puerto principal. Recorriendo 7 provincias interiores, 11 ciudades, 10 poblaciones y mas de 570 km.
Recorreríamos un promedio de 30 a 40 Km. Diarios en busca de la correlación con el pueblo para encontrar sus necesidades y la tranquilidad de la carretera para asimilar día a día las experiencias vividas en este gran proyecto. Así, nueve amigos el 26 de Abril del 2006, junto a más de 200 colaboradores, comenzamos nuestra caminata; en la que presentamos a la ciudadanía la propuesta de integrar en las siguientes elecciones presidenciales una papeleta extra, en la que la todos los Ecuatorianos podamos expresar nuestro criterio en temas básicos y trascendentales para la creación de un nuevo proyecto país. Llamamos a nuestra papeleta, La Sexta Papeleta o Papeleta ciudadana, ya que se nos entregarían 5 papeletas para la elección de dignidades.
Estuvimos 30 días caminando en las carreteras de nuestra patria, dormimos en carpas, en lugares junto a las mismas comunidades y presentamos nuestra propuesta puerta a puerta. En este increíble viaje hicimos grandes amigos, encontramos una verdadera guía a nuestras preguntas, pero sobretodo encontramos el tesoro más grande de los ecuatorianos, su cariño, calidez y generosidad. Sellos indiscutibles de su gran amor por el prójimo y calidad humana.
Entramos a Guayaquil un 24 de Mayo (aniversario de la batalla de independencia de nuestro país) alrededor de 250 personas, muchos fueron los que creyeron en nosotros y se unieron en este maravilloso viaje y a esta propuesta. Esta muestra de cariño y trabajo en equipo es el verdadero motor que ha impulsado a nuestro movimiento a seguir luchando por los ideales de alcanzar una nueva y mejor nación para todos; en la que indios, negros, blancos, montubios, ricos, pobres y todos los ecuatorianos podamos vivir en paz, con claras oportunidades de desarrollo y olvidar en el pasado las diferencias que nos han impedido culminar los sueños colectivos.
Una maravillosa experiencia fue este viaje, en muchas etapas del mismo encontramos acciones de verdadero cariño, pero la que mas lleno mi corazón y en la que baso la gratitud de mi cariño hacia mis compatriotas, se dio en la ciudad de Salcedo, una pequeña población de la Sierra central, cuya economía se basa principalmente en la venta de su tradicional Helado a los turistas, al cruzar por esta, una niña de alrededor de 8 años, corrió unos 500 metros para regalarnos a cada uno un Helado, mientras su madre desde el local aplaudía nuestro paso y nos alentaba a continuar. En ese momento entendí que no caminamos por llegar a una meta, ni por la gloria de un esfuerzo en conjunto, peor aun por el poder político o la admiración de nuestros semejantes; caminamos por lo que el Che llamo la libertad de entregar a las generaciones futuras el derecho a elegir y soñar, caminamos por que creemos en nuestros hijos, por que sabemos que siempre habrá un futuro mejor y que solamente caminando y esforzándonos cada día por ser mejores, llegaremos a cumplir nuestros sueños.
Hoy en día ese grupo de amigos lidera una organización política con representación Nacional, con grandes aspiraciones a lograr este cambio en la cultura de gobierno en mi patria, pero eso es otra historia.
Dedico este pequeño relato a todos los hombres y mujeres de mi Ecuador, que día a día sueñan con entregar a sus hijos una patria digna, libre, justa y en paz. A todos los que creyeron en nosotros muchas gracias. Pero sobre todo a mis compañeros de viaje....
Estuvimos 30 días caminando en las carreteras de nuestra patria, dormimos en carpas, en lugares junto a las mismas comunidades y presentamos nuestra propuesta puerta a puerta. En este increíble viaje hicimos grandes amigos, encontramos una verdadera guía a nuestras preguntas, pero sobretodo encontramos el tesoro más grande de los ecuatorianos, su cariño, calidez y generosidad. Sellos indiscutibles de su gran amor por el prójimo y calidad humana.
Entramos a Guayaquil un 24 de Mayo (aniversario de la batalla de independencia de nuestro país) alrededor de 250 personas, muchos fueron los que creyeron en nosotros y se unieron en este maravilloso viaje y a esta propuesta. Esta muestra de cariño y trabajo en equipo es el verdadero motor que ha impulsado a nuestro movimiento a seguir luchando por los ideales de alcanzar una nueva y mejor nación para todos; en la que indios, negros, blancos, montubios, ricos, pobres y todos los ecuatorianos podamos vivir en paz, con claras oportunidades de desarrollo y olvidar en el pasado las diferencias que nos han impedido culminar los sueños colectivos.
Una maravillosa experiencia fue este viaje, en muchas etapas del mismo encontramos acciones de verdadero cariño, pero la que mas lleno mi corazón y en la que baso la gratitud de mi cariño hacia mis compatriotas, se dio en la ciudad de Salcedo, una pequeña población de la Sierra central, cuya economía se basa principalmente en la venta de su tradicional Helado a los turistas, al cruzar por esta, una niña de alrededor de 8 años, corrió unos 500 metros para regalarnos a cada uno un Helado, mientras su madre desde el local aplaudía nuestro paso y nos alentaba a continuar. En ese momento entendí que no caminamos por llegar a una meta, ni por la gloria de un esfuerzo en conjunto, peor aun por el poder político o la admiración de nuestros semejantes; caminamos por lo que el Che llamo la libertad de entregar a las generaciones futuras el derecho a elegir y soñar, caminamos por que creemos en nuestros hijos, por que sabemos que siempre habrá un futuro mejor y que solamente caminando y esforzándonos cada día por ser mejores, llegaremos a cumplir nuestros sueños.
Hoy en día ese grupo de amigos lidera una organización política con representación Nacional, con grandes aspiraciones a lograr este cambio en la cultura de gobierno en mi patria, pero eso es otra historia.
Dedico este pequeño relato a todos los hombres y mujeres de mi Ecuador, que día a día sueñan con entregar a sus hijos una patria digna, libre, justa y en paz. A todos los que creyeron en nosotros muchas gracias. Pero sobre todo a mis compañeros de viaje....
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